Zendal
ZENDAL
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“A mind that is stretched by a new experience can never go back to its old dimensions.”
- Oliver Wendell Holmes, Jr -
No lo he comprobado pero dicen que si pones una rana en un cazo lleno de agua y, poco a poco, vas calentando ese agua la rana termina muriendo sin haber intentado salir nunca del cazo. Sin embargo, si echas esta misma rana al cazo una vez está caliente no dudará en saltar inmediatamente del agua alertada por el peligro. De esta manera nos comportamos en muchas ocasiones las personas. Vivimos acomodados en unas circunstancias y no nos damos cuenta de que estas pueden estar cambiando de una manera fundamental o ese mismo acomodo nos impide ver que tenemos la capacidad de hacerlas cambiar. Por ello en muchas ocasiones cuando una crisis sobreviene nos pilla con el pie cambiado, sin esperarlo. Los hechos estaban ahí pero preferimos mirar para otro lado. El agua estaba un poco más caliente pero se podía aguantar sin mucho problema.

Las crisis económicas, las guerras, los estallidos sociales… son siempre comprendidos a posteriori y el diagnóstico y las causas salen a relucir con una cristalina eficiencia. Sin embargo, cuando nos adentramos en lo que se decía de ellas a priori vemos que nunca parecían tan graves, se daba por hecho que a nadie le interesaría llegar hasta ese punto. Punto hasta el que recurrentemente y con periodicidad terminamos llegando. Churchill escribió sobre la 2ª guerra mundial: “Os dieron elegir entre deshonor y guerra. Elegisteis deshonor y ahora tendréis la guerra”. El parlamento británico prefería mirar a otro lado ante las primeras atrocidades de Hitler y Churchill se demostró como el único que veía las cosas como eran y no como le gustaría que fueran. El resto del parlamento británico pensaba: “Aquí no llegará, seguro que no está tan loco” y hacían oídos sordos a las cada vez más apremiantes alertas. En la crisis de las hipotecas subprime podemos apreciar el mismo esquema. Antes del problema todo el que hablara de lelo era un loco. Agencias de rating, bancos, gobiernos… todos los que sabían decían que no era un problema. Una vez ocurrió, agencias de rating, bancos, gobiernos… todos explicaban con meridiana claridad las causas del problema. En el maravilloso documental Inside Job vemos que los síntomas estaban ahí para todo aquel que los quisiese ver (y se pudo ganar mucho dinero con ello como se ve en la gran apuesta). Camareros comprando 2 casas con préstamos por un valor equivalente a 3. Quiere un coche, llévese 2.

A este tipo de fenómenos Nassim Taleb les asignó el nombre de cisnes negros. Eventos que ocurren de forma abrupta y cambian profundamente nuestro entorno. Hasta el siglo XVIII no existían los cisnes negros. Todos los cisnes eran blancos, menos los que no lo eran. Resulta que en Europa solo había cisnes blancos y cuando una expedición inglesa trajo en sus bodegas un averío/bandada de cisnes negros desde Australia. Fue un shock total a la sociedad de la época y se convirtieron en lo que todos los nobles querían tener en sus estanques. Los Cisnes negros Se caracterizan por ser fácilmente explicables a posteriori y por tanto implica i) que las personas no se dieron cuenta de las señales, ii) que vieron las señales y prefirieron hacer oídos sordos. ¿Os acordáis de la rana?

Bertrand Rusell ya habló de ello en 1912, explicaba que toda persona tiene que estar preparada porque las cosas que rodean nuestra vida van a cambiar y lo van a hacer sin avisar y de forma brusca. Creo que no debemos acomodarnos y dar las cosas por sentadas. Esto va de aprovechar el minuto, de aprender cada día y levantarse con las ganas de ser un poquito mejor. De no desfallecer ante las adversidades ni dejarse deslumbrar por las luces del éxito. De ser capaz de valorar todo lo que se tiene a la vez que se es consciente de que nada de ello durará para siempre. Y estar preparado para ello.

No todos los cisnes negros son malos del mismo modo que no lo son todos los cambios. Entre los grandes cisnes negros de la humanidad podemos incluir el descubrimiento de la penicilina y de las vacunas. Enfermedades que habían sesgado millones de vidas durante eones de repente puestas a raya por una simple y pequeña vacuna o una minúscula medicina. Por ventura, los grandes males de la humanidad siempre han tenido delante a personas con un espíritu inquebrantable y una voluntad feroz que se han negado a aceptar que esas cosas habían de seguir siendo así. Mi más profunda admiración hacia ellos. No siempre es el descubrimiento lo que marca la diferencia sino también todo lo que se esté dispuesto a llevar a cabo para que ese descubrimiento tenga el mayor impacto posible. Y es aquí donde me gustaría rescatar el nombre de una gran olvidada española: Isabel Zendal.

Zendal formó parte de la expedición Balmis sobre la que el británico Edward Jenner escribió: “No me imagino en los anales de la historia un ejemplo de filantropía tan noble y extenso como éste”. El tal Edward no era un cualquiera, era quien 10 años antes había descubierto la vacuna contra la Viruela. Una de las enfermedades con más vidas en su negro zurrón. Zendal era la enfermera encargada de cuidar de los 22 niños que embarcaron en el María Pita rumbo a América con el objetivo de llevar allí la vacuna, que ya estaba salvando en Europa millones de vidas. No era una empresa pequeña, la vacuna requería mantenerse activa en un organismo vivo y el viaje hacia América duraba varios meses. Aquí entran los que en la película homónima han llevado el nombre de los 22 ángeles. Ellos eran los únicos que podían transportar el Virus la vacuna durante el largo viaje, pasando cada 2 semanas de 2 niños a otros 2 niños. Gracias a estos 22 ángeles se han salvado millones de vidas en Latinoamérica durante los últimos 2 siglos. Gracias a ellos y a la valentía de gente como Zendal que se negó a pensar que un cisne negro como las enfermedades llevadas por los conquistadores europeos no podía ser combatida con un Cisne negro aún mayor.

Uno de los mayores éxitos de esta expedición fue demostrar que las vacunas preventivas son el remedio más eficaz frente a las enfermedades contagiosas. Otro de los grandes éxitos fue demostrar que es posible cambiar el destino del mundo.

Un abrazo

Mr Bellota

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