McQueen
MCQUEEN
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“Life should not be a journey to the grave with the intention of arriving safely in a pretty and well preserved body, but rather to skid in broadside in a cloud of smoke, thoroughly used up, totally worn out, and loudly proclaiming "Wow! What a Ride!”
- Hunter S. Thompson -
Se reparten cartas, y en cada mano uno decide su apuesta. Puedes pasar, pasar todo el rato e ir perdiendo las ciegas, aguantando la partida hasta el final. Sin nada que hacer cuando los gatos grandes entren en la pelea. Puedes lanzar un all-in en la primera mano, irte a casa a los 5 minutos y ahí tampoco habrás jugado mucho. No habrás jugado nada. Lo difícil es jugar cada mano al máximo y mantener la calma para seguir siempre dentro de la partida. La decisión la tomamos cada uno en la vida. Una partida con subidas y bajadas, con fanfarrones y bocazas donde es fácil perder los nervios.

Lo triste es no jugar. No atreverse. Quedarse sentado en la orilla mientras ves a tus amigos reír y pasarlo bien en el agua. He de reconoceros que nunca he sabido muy bien cómo figurarme en qué consiste la vida. Al final, como bellota, crezco en una rama y veo el mundo pasar. Caigo y allí donde caigo hago todo lo posible por germinar. Pero tal vez por eso, por haber visto anocheceres y amaneceres, lunas nuevas y llenas inmóvil desde mi rama, siempre he admirado por encima de todos los que han venido a la vida a pecho descubierto. A quien nunca se ha planteado si mañana es un mejor día que hoy porque nunca han pensado que mañana esté garantizado.

Nos pasamos la vida pensando en lo qué haremos, en quiénes seremos y cómo nos comportaremos. Y eso nos sirve de excusa, excusa para no tomar esa decisión hoy, para no invitar a esa chica a bailar o no decir lo que pensamos. Por eso quería escribir esta historia sobre Steve McQueen, porque hay muchas cosas sobre las que admirarlo, pero si yo tuviese que quedarme con una, es con su aproximación a las cosas: Intensamente, con el 110% y all in en la mesa. Sin guardar nada para la vuelta. En ocasiones su vida me recuerda a la película de Gattacca donde 2 hermanos compiten siempre para ver quién nada más lejos hasta que uno se rinde. Sus capacidades son muy diferentes y el hermano más fuerte gana siempre… hasta que deja de ganar. Cuando le preguntan al hermano débil cómo lo ha conseguido, tuvo muy clara su respuesta: “jamás me reservé nada para la vuelta”.

McQueen no fue perfecto ni mucho menos. Tampoco lo intentó. No es que nadie lo sea. En Mr Bellota nunca hemos admirado personas perfectas pues quien parece perfecto solo necesita un poco más de luz y un trapo húmedo para demostrarse igual que el resto de nosotros. Aquí defendemos a las personas auténticas, a personas que se esfuerzan y dejan el hígado para ser mejores. Gente que poco a poco va derribando puertas que muchas veces habían estado cerradas. Tuvo una vida áspera desde el principio, todo lo que tuvo lo consiguió a través de sangre y sudor. Si buscamos a alguien que haya vivido con agallas y apostando en cada una de las manos, sin duda McQueen es ese tipo.

Divo, adicto a la adrenalina, mujeriego. No es el padre ideal para los hijos de nadie. Él tuvo uno y tampoco es que hable excesivamente bien de él. Yo no me quedo con eso. Me quedo con que supo sobreponerse a una infancia terrible, con que hizo cosas increíbles y con que siempre hizo las cosas de la buena forma que encontró para ser el mejor. Estuvo en un circo, fue soldado, estuvo en el reformatorio y al final la interpretación le salvó la vida. A pesar de que el mismo consideraba que en el fondo un hombre hecho y derecho no debería dedicarse a eso de ser actor, fue un actor del carajo. Muy bueno. Igual que de Steve, podríamos hablar de James Dean, o de Frank Sinatra, todos ellos fueron guapos, exitosos y adictos a la adrenalina. Adictos a vivir sin vuelta.

Steve es el Ford Mustang GT Fastback de 1968 derrapando por las calles de San Francisco en Bullit*. También es la escapada de la gran evasión saltando vallas de granja para llegar a suiza mientras es tiroteado por los nazis. Sin dobles, sin armaduras. Es el rodaje de Le Mans que casi le cuesta su carrera. Yo me siento Steve Mc Queen las madrugadas de verano con la moto por el centro de Madrid. Sin tráfico, con el aire aún caliente dándote en la cara. También me sentí McQueen cuando siendo adolescente un “Por fin libre” me costó una bronca tremenda tras dejarlo con una chica. La sensación de libertad es algo increíble. Sin embargo, se escurre entre los dedos cuando intentas que se quede un rato más contigo.

A veces por no cagarla viviendo demasiado rápido decidimos echar el freno, esperando una mejor oportunidad. Sin darnos cuenta de que puede que cuando decidamos arrancar la carrera ya haya terminado. En el surf es importante leer las olas pero el buen surfista tiene claro de que si no coge ninguna ola habrá desperdiciado su tiempo en el agua, nada te asegura que la siguiente vaya a ser mejor.

Al final lo que cuenta es que vivas a tu manera, pero que vivas al máximo. Sí, Steve McQueen no fue un ejemplo a seguir en muchas cosas, pero quedaros con la pasión.

A la hora de tomar una decisión, si os acojona, id a por ella

*Si veis Bullit, es verdad que el Mustang es impresionante pero el que corre de verdad es el escarabajo verde de los calzoncillos y los calcetines ;)
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